Ya sea que la casa haya pertenecido a la familia por años, que la hayas comprado por su calidad constructiva o que sea una buena oportunidad de negocios, cuando la vivienda tiene más de 30 años de antigüedad es necesario realizar un control completo.
Hay propiedades que han recibido un mantenimiento periódico por parte de sus dueños, con lo cual, es probable que las instalaciones de agua, gas, electricidad, desagües y demás hayan sido modernizados o mejorados con el correr del tiempo.
En todos los casos, cuando se quiere traer al presente una vivienda antigua, es necesario tener en cuenta lo siguiente:
Hacer un chequeo de la estructura:
+ ver si la propiedad tiene grietas significativas en las paredes o techos,
+ ver si hay humedad en pisos, paredes o techos,
+ determinar cuáles paredes cargan el techo y cuales son solo divisorias o de cierre.
+ ver revoques y cielorrasos determinar si hay desprendimientos.
Hacer un chequeo de las instalaciones:
+ Verificar el funcionamiento de las canillas de agua fría y caliente, así como picos de gas y cajas de electricidad.
+ Ver el estado del tanque de reserva de agua, tableros generales de electricidad, cámaras de acceso a los desagües cloacales y pluviales, etc.
+ Indagar sobre las últimas modificaciones que se han realizado en cañerías y cableado.
+ Indagar sobre agregados a las instalaciones, por ejemplo, red de gas natural, telefonía, televisión por cable, etc.
Hacer un inventario del equipamiento y acabados:
+ Verificar el funcionamiento del calefón / termotanque / caldera, cocina / horno, calefactores / radiadores, equipo de refrigeración, bombas de extracción de agua o presurización, etc.
+ Detallar estado y materiales de las mesadas de cocina y lavadero, muebles bajo mesada y alacenas, placares, artefactos sanitarios, grifería, pisos, revestimiento de paredes, pinturas, etc.
Además será necesario averiguar en la municipalidad si existen normas para la refacción de propiedades antiguas, ya que es posible que determinadas propiedades no pueden ser refaccionadas en su fachada. En la municipalidad habrá que averiguar que aspectos del reglamento de edificación han cambiado y con cuáles se deberá cumplir al momento de realizar una solicitud de permiso de edificación para la remodelación/ampliación de la vivienda. En este aspecto podemos incluir los retiros jardín y laterales que pudieran exigirse en la remodelación, condiciones de iluminación y ventilación, etc.
Es conveniente especificar el objetivo por el cual vamos a encarar la remodelación, esto facilitará la toma de decisiones en el futuro, por ejemplo, un objetivo puede ser remodelar la casa para vivir en ella, otro será ponerla en valor para venderla, quizás repararla superficialmente para revenderla o alquilarla, etc. Conjuntamente al objetivo es recomendable definir concretamente el presupuesto que se quiere destinar a la remodelación.
Con toda esta información: Estado actual de la vivienda. Objetivo de la remodelación. Presupuesto disponible. Se definirá un Plan de Obras en conjunto con el profesional elegido para hacer el proyecto y la dirección de obra. En el mismo se determinarán las modificaciones a realizar en la planta de la casa, además de las modificaciones en las instalaciones, equipamiento, revestimientos, etc.
En este tipo de proyectos lo más complicado es estimar el presupuesto de la mano de obra, tanto sea de albañilería como plomería, electricidad, gas y cloacas, como de los materiales. Porque no se conoce el estado actual de la edificación y en consecuencia no se sabe realmente la magnitud de las tareas a realizar. Se pueden hacer acuerdos de trabajo con los contratistas en los cuales se determina un presupuesto para determinadas tareas básicas, y un precio para las tareas adicionales/eventuales que puedan surgir durante la remodelación.
Mantener los gastos bajo control es la parte más complicada de la remodelación y es por eso que se debe tener presente el objetivo de la misma, para elegir por ejemplo si se cambian por completo los revoques o sólo lo que esté flojo, si se renueven las cañerías defectuosas o toda la instalación, etc.
Algunos consejos.
En el caso de los techos abovedados, si están en buen estado, no hay espacio para las dudas, hay que mantenerlos, son una excelente opción que da carácter y clima al espacio.
Respecto de las paredes, al estar en una casa antigua lo más factible es que las mismas sean de ladrillo macizo, de ser así, se las puede trabajar con un repicado para extraer el revoque o los materiales que la recubran, dejando los ladrillos a la vista que le imprimirán una gran personalidad. Pero sin abusar de este recurso porque el ladrillo refleja poco la luz y achica visualmente los espacios.
Así mismo, una interesante alternativa que ofrece el mercado son los revoques cementicios y acrílicos, de variados colores que permiten combinar ambas opciones, ladrillos y revoque.
En los pisos ocurre algo más o menos similar que con las paredes. Los pisos calcáreos y graníticos son propios de una época y de un estilo de arquitectura, con lo cual acá también se recomienda como primera opción conservarlos, ya sea, puliéndolos o restituyéndoles las piezas rotas. Aún más, existen empresas que realizan piezas a pedido, en tamaño, forma y color si el cliente desea conservarlos. Pero en el caso que la decisión sea reemplazarlos, lo más aconsejable es la colocación de pisos vinílicos en rollo o de encastre. En el caso de que el piso sea de madera maciza, lo mejor será recuperarlos, puliéndolos e hidrolaqueándolos para que mantengan una mayor naturalidad.
Otro de los elementos que se destacan dentro de las construcciones antiguas y que también nos indican su historia son las ventanas y puertas y por cierto deberán ser destacadas. Hacer un trabajo de recuperación y preservación es laborioso pero vale el esfuerzo, ya que las aberturas antiguas combinan calidad y estilo.